ESTO CONTINÚA

Hola amigos, esto continúa. 
Para seguir con un poco de historia y no aburrir, les cuento que con esa sed de aventura (difícil de satisfacer por cierto) comenzamos con mi compañera, Cintia, muchos años de dedicación a nuestra muy difícil tarea de ser padres. Así transcurrieron los años y cuando se conjugó la posibilidad de hacer el curso de piloto de avión no dudé en arrancar. Volvían a atacarme los sueños y la necesidad de canalizar toda esa ansiedad que el amigo Stevenson había iniciado en lo profundo de mi ser. Siempre admire a la gente que sigue el camino que su corazón le indica, equivocado o no, socialmente bien visto o no, pero lo siguen.

Circunstancias de la vida hicieron que pueda recibirme de piloto de Ultralivianos y que pudiera empezar a volar. Creo que cuando tenés tanta cantidad de cosas en tu cabeza dando vuelta, con eso no alcanza y necesitas mucho más... y así comencé, después de aburrirme del avión, a volar en parapente. 
Todo cambio, mi sed se empezó a saciar por lo menos en principio, pero no mi sueños de hacer algo grande, algo distinto que pudiese mostrarle a mis hijos que si uno quiere, uno puede. Parafraseando la peli Expedición Atlantis, "que el hombre sepa que el hombre puede", lo recuerdo como si fuera hoy, cine Roxy de Moreno, 12 o 13 años allá por el 88/89; Santi, Nico y Yo, las pelis en continuado 3 por tarde al precio de 1. Esa peli me quedo en el inconsciente fue transformadora, me generó esas ganas de viajar, de ser expedicionario, de soñar en grande sabiendo que si lo deseás mucho se logra!!!

Pero claro mi realidad era dura, distinta, había que trabajar, tener responsabilidades que no podía posponer, rutinas indelegables, y mucha falta de guita, bishusha, plata, dinero. En definitiva si no laburaba no podía haber expediciones. 
Mi vida transcurrió durante los siguientes 7 años trabajando y estudiando, saliendo y dándomela en la pera alejado de las expediciones, aunque no tanto, empece en el Kiosco de Katz, famoso en mi Paso del Rey natal. Aprendí mucho de comercio, aunque eso lo traía en la sangre por mi madre que siempre tuvo uno, de la mano de Roberto Katz su dueño, mi patrón, aunque a él no le gustaba que le dijera así, comencé nuevas aventuras. Conocí el hipódromo, el trote, la quiniela y lo que era ser sociable y tener contactos ayudando en lo que podía. Sus historias y anécdotas eran miles y me divertían muchísimo, traficando piedras semi preciosas o jugando con Martin Karadajian, me forme en un master de la calle; aprendí a tomar cerveza en el pool de la esquina, Roberto el cortito, me enseño a jugar pool y cartas y los pungas a zafar del chancho. 
Mientras tanto el día a día era un set de filmación, por las mañanas me levantaba a las 6 am, desayunaba, me bañaba e iba al colegio, menos los fines de semana, al kiosco a las 5 am. En el colegio era uno más, adormecido, aprendiendo cosas que no me interesaban y que no generaban en mí absolutamente ningún tipo de beneficio excepto por geografía e historia que eran las dos materias que mas me gustaban porque me remitían a Robinson Crusoe y a viajar y recorrer el mundo fantástico!!!

Estudié teatro un tiempo corto y me encantó pero siempre llegaba el fantasma de la plata, necesitaba plata para el día a día y así fue como gracias a las revistas del kiosco, en especial a una Española que se llamaba Tiempo de Aventura, seguí viajando y transformando mi día a día en una peli. Dramática por momentos, comedia por instantes. 
Era una persona normal con una inspiración anormal, extremadamente fantasioso y atrevido, siempre con una sonrisa y buena onda pero claro, había que volver a la realidad porque esos viajes imaginarios eran eso, imaginarios! Los otros, los reales había que pagarlos, allí conocí a mi amigo Sergio, un soñador como yo y con muchas ganas de ser distinto filmamos una peli pequeña escrita y dirigida por él, yo solo actuaba.

Bueno amigos hasta acá llego hoy se me acabo la inspiración los espero la próxima entrada así continuamos este viaje juntos!!! Gracias por leer.